Image
A small group of women from an impoverished community in Southern Africa, gather together for a bible study.

Durante la semana, Maya lleva cinco máquinas de coser a cinco comunidades distintas para enseñar costura entre 30 y 60 mujeres. Las clases suelen darse en espacios reducidos: «Es una locura y abrumador, pero nos encanta igual», comenta su colega Martha.

Esa mujer transformará muchas vidas 
En 2005, Maya* se unió a OM y, a lo largo de los años, sirvió en diversos ministerios. Aunque su pasión es trabajar entre "mujeres, niños y jóvenes", los últimos 12 años de su labor los ha dedicado a mujeres en el sur de África. 

Aunque la sociedad suele marginar a las mujeres, Maya ha observado que muchas de ellas responden con resiliencia y siembran esperanza en sus comunidades. «Cuando ayudas a una mujer, esa mujer transformará muchas vidas. Una madre es madre para todos en su comunidad», decía Maya. 

Durante la semana, Maya lleva cinco máquinas de coser a cinco comunidades distintas para enseñar costura entre 30 y 60 mujeres. Las clases suelen darse en espacios reducidos: «Es una locura y abrumador, pero nos encanta igual», comenta su colega Martha. 

«Enseñamos a las mujeres a coser, leer y escribir porque en nuestras comunidades no puedes decir, simplemente que quieres predicar el evangelio. Nadie vendría. Usamos estas habilidades para conectarnos con ellas, y lo que vemos es que muchas vidas están siendo transformadas». 

Al igual que los ciclos de la naturaleza, la transformación rara vez es instantánea. Maya destaca que, aunque «no muchas se acercan al Señor, se ve la belleza en una mujer que aprende a leer o a escribir su nombre». Esta oportunidad, escasa pero invaluable, ha tenido un impacto notable en la región. 

Maya no solo ha escuchado a mujeres asombradas por su nueva capacidad de leer y escribir, sino que también ha visto cómo esto influye en sus familias. «Lo más grandioso es oír a una mujer decir que pudo ayudar a su hijo con la tarea. Se sienten seguras de su importancia… ¡Ahora pueden enseñar a sus hijos a leer! ». 

Aunque el fruto del ministerio es evidente, Maya, su esposo y sus dos compañeras anhelan ver más. Por eso ora: «Señor, sigue transformando nuestras vidas. Que, a través de estas mujeres, sus esposos también lleguen a Ti». 

Share on