OM y ministerios aliados acompañan a quienes se encuentran afligidos tras las inmensas pérdidas que dejó el terremoto en Marruecos el 8 de septiembre de 2023.
Poco después del terremoto del 8 de septiembre de 2023 en Marruecos, ministerios asociados de OM empezaron a entregar ayuda y a evaluar las necesidades de la población en los pueblos de montaña que fueron devastados.
Un equipo de evaluación de desastres fue enviado por una carretera de montaña para ver hasta dónde podían viajar para entregar ayuda, al llegar a un punto en el que se vieron obligados a estacionarse en el lado de la carretera, no porque fuera el final de la carretera, sino porque lo que habían sido casas apenas 36 horas antes, ahora era una masa de destrucción apilada a través de la carretera. Entre los escombros, pequeños grupos de personas trabajaban con sus manos, hachas, martillos y cualquier otra cosa que se asemejara a una herramienta para tratar de llegar a amigos y familiares enterrados bajo tierra. Trágicamente, esto era esencialmente una misión de recuperación de cuerpos, cada nuevo cuerpo encontrado rápidamente era llevado para ser enterrado en tumbas poco profundas cavadas al lado de la montaña.
Queriendo evaluar mejor la situación y las necesidades inmediatas de los restos de esta comunidad, los miembros del equipo miraron alrededor y vieron la casa en donde se encontraba la bomba para el pozo de agua. Las paredes del pequeño edificio fueron destruidas, y el grupo se preguntó si la torre de agua también estaba dañada de manera similar. En ese momento, dos hombres pasan en moto en dirección al pueblo arrasado, con un martillo en mano. Un socio de OM, Michael *, los detuvo para preguntar si sabían si la bomba todavía funcionaba a pesar del daño. La respuesta a la pregunta nunca se volvió clara, ya que uno de los marroquíes Rachid*, se derrumbó por completo, sollozaba desesperado mientras golpeaba su pecho. La mayor parte de su familia había muerto, y volvía con el martillo para intentar sacar a su esposa y a sus dos hijas de debajo de lo que solía ser la pared frontal de su casa. Michael se acercó al hombre con un abrazo y Rachid se aferró a él con fuerza, mientras sollozaba incontrolablemente durante unos minutos, dejando que su dolor se derramara libremente.
Un poco más tarde, después de realizar la encuesta a la comunidad para identificar nuevas necesidades, el equipo se encontró nuevamente con Rachid trabajando con el martillo, tratando de romper ladrillos y el hormigón para encontrar los restos de su familia. Al detenerse durante un breve descanso, Rachid se deshizo una vez más en los brazos de Michael.
Ministerios asociados de OM en el terreno continúan entregando alivio y conectándose con hombres y mujeres como Rachid, que se ven impactados por el terremoto y se encuentran en necesidad de ayuda y cuidado. Ante el crudo invierno, se dedicará tiempo para trabajar con las comunidades donde se han establecido relaciones para construir refugios de transición y ofrecer apoyo social donde no haya otras opciones.
Continúe orando para que Dios traiga el consuelo y la cura que sólo Él puede dar a Rachid y a todos los que están tristes.
*nombre cambiado