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Nurana

Esperanza para los desesperados

Cuando un seguidor de Jesús fue a visitarla a su casa, Nurana experimentó el amor y la esperanza que se encuentran en Cristo.

Los niños y adolescentes del Cáucaso suelen enfrentarse a dificultades como la pobreza, el aislamiento, el abandono e incluso el maltrato. La mayoría afronta estas dificultades sin la esperanza que da Jesús, ya que hay pocos creyentes en esta parte del mundo. Fidan*, que dirige el ministerio juvenil del equipo de OM en el Cáucaso, está trabajando para cambiar esta situación. A través de actividades y capacitaciones, comparte la esperanza con los jóvenes, los discipula y los equipa para que compartan su fe con sus familiares, amigos y vecinos.

En 2024, Fidan y algunos miembros de su equipo viajaron al sur de Azerbaiyán, donde viven muchas personas del grupo étnico talysh. Los talysh tienen su propia cultura y lengua, distintas de la cultura y la lengua principales de Azerbaiyán. Hay alrededor de 850 000 talysh en el mundo, de los cuales 600 000 residen en Azerbaiyán. Aunque hay algunos creyentes talysh, el grupo étnico en su conjunto sigue siendo casi completamente ajeno al evangelio.

El objetivo principal del viaje de Fidan era identificar lugares para futuras oportunidades de divulgación entre los jóvenes talysh y azeríes. Durante el trayecto, ella y el equipo se detuvieron en varios pueblos para repartir regalos a los niños. Estos regalos contenían una variedad de juguetes, libros, ropa y material escolar. Algunas de las familias invitaron al grupo a sus hogares, lo que ayudó a empezar a establecer relaciones y vínculos.

Mientras atravesaban un pueblo, Fidan vio a una niña empujando una carretilla en un patio. La carretilla era casi el doble de grande que ella y le costaba mucho empujarla. Aunque no se detuvieron, Fidan deseó haber podido ayudar a la niña.

Conduciendo más lejos hasta que vieron a un grupo de niños junto a sus padres, el grupo detuvo el coche y repartió los regalos. Después de repartir los regalos a todos los niños, quedaba uno, un regalo para un niño pequeño.

Una mujer se acercó a Fidan y le dijo: «Por favor, hay una familia cerca con un bebé recién nacido. Vamos allí». Como la distancia era grande y tenían que ir andando, Fidan se mostró indecisa. Sin embargo, la mujer insistió, así que ella accedió.

La mujer llamó a su amiga para decirle que había un regalo para su hijo. De camino, le contó a Fidan sobre esta familia. Había tres niños, de dos madres diferentes. El nuevo bebé era hijo de la segunda esposa del hombre. La primera esposa del hombre lo había abandonado a él y a sus hijos, y luego el hombre se había vuelto a casar.

Cuando llegaron a la casa de la familia, Fidan se dio cuenta de que era la casa que había visto antes, con la niña y la carretilla. Entraron y Nurana*, la niña pequeña, se acercó a ellos. En sus brazos llevaba a un bebé, su nueva media hermana. Fidan supo que Nurana tenía 10 años, pero parecía mucho más pequeña. Como era tan delgada, le costaba llevar al bebé, así que Fidan cruzó la habitación y se acercó a ella. Al acercarse, vio que Nurana tenía el cabello sucio y lleno de piojos. Pero eso no impidió que Fidan la besara. Luego sacó el regalo para dárselo a Nurana.

En ese momento, la madrastra entró en la habitación. Cogió el regalo y lo guardó en una caja. «Se lo daré más tarde», dijo. Sin embargo, Fidan sabía que se quedaría con el regalo para su propia hija, aunque no fuera para un bebé, sino para una niña, como Nurana.

Fidan miró a Nurana, que tenía los ojos brillantes. Le prometió que volvería y le traería un regalo. Nurana no dijo nada, pero sus ojos reflejaban la esperanza de que Fidan se acordara y volviera.

La visita de regreso

Varios meses después, Fidan regresó, volvió a la casa de Nurana con regalos. Cuando llegó, Nurana fue la primera en saludarla en el patio, pero Fidan no la reconoció de inmediato porque el papá de Nurana le había cortado el cabello. Como lo tenía tan corto, Fidan pensó al principio que era un niño. Cuando le preguntaron por su corte de pelo, Nurana se avergonzó de decir la verdad, pero Fidan sabía que la mejor manera de eliminar los piojos era afeitarse completamente la cabeza. De hecho, Fidan había comprado un champú especial para Nurana, pensando que podría lavarse el pelo y sentirse limpia y fresca. Sin embargo, debido al corte de pelo, ya no era necesario el champú.

Llena de alegría, Nurana corrió de regreso a la casa y llamó a sus papás. Invitaron a Fidan a tomar el té. Le presentaron a Fidan al papá y al hermano de Nurana, y ella les dio cajas de regalo a Nurana y a su hermano. Dentro había útiles escolares: mochilas con lápices, bolígrafos y otros artículos.

Nurana estaba muy contenta con el regalo, y su madrastra dijo que había llegado justo a tiempo. El colegio estaba a punto de empezar y no podían permitirse comprar el material escolar. La familia invitó a Fidan a quedarse más tiempo y a comer con ellos, pero ella declinó amablemente la invitación y se marchó con la intención de volver a verlos.

Fidan continua creando una relación con ellos, a la espera de que toda la familia de Nurana crea y se convierta en un hogar de paz en esa región. Una familia que se una a ella en el ministerio. No cree que sea una coincidencia que Dios los haya unido.

Pídele al Señor que traiga la salvación a Nurana y a toda su familia. Pídele a Dios que levante siervos para difundir las buenas nuevas de Jesucristo a los niños desesperanzados de todo el Cáucaso. En Mateo 11:28, Jesús dice: «Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar» (NVI). Ora para que los niños reciban esa esperanza, sigan a Jesús y experimenten su descanso.

*nombre cambiado

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